Oops! It appears that you have disabled your Javascript. In order for you to see this page as it is meant to appear, we ask that you please re-enable your Javascript!

Mi historia

Soy Graciela Laura Firpo (Grace para mis viejas amigas del colegio) pero prefiero ser llamada por mi segundo nombre: Laura, que me gusta muchísimo.
Me recibí a los 26 años, entre pañales y tetas, rindiendo la temida «Medicina III». Primer hija tenía año y cuatro meses de edad,  yo estaba embarazada a exactamente 20 días de tener a mi segundo hijo, con una panza gigante que me eximió de los consabidos huevazos que te tiran a modo de festejo cuando al fin te recibís.
Cuando estaba en primer año de Medicina no sólo entré a la Morgue sino que fui Disectora de la Primera Cátedra de Anatomía por dos años seguidos. Esto me hizo ser vegetariana (por puro asco nomás).

Por destino de la vida terminé dedicándome a la ALIMENTACIÓN NATURAL. En esa época ni existía casi lo integral y lo que uno comía lo sostenía por pura «onda» y convicción (súmese a esto tener una madre tana que cocina como los dioses e hizo del encuentro culinario algo altamente convocante) pero cuando se es adolescente, todo se sostiene casi fanáticamente en busca de identidad tal vez.
Todo esto me fue llevando a la búsqueda de algo totalmente diferente a lo aprendido en la facultad. Sumado a los viajes que hice por varios lugares del mundo con mi familia, donde siempre me interesaron los mercados y la cultura que se traducía a través de los encuentros festivos culinarios de cada país.
Todo esto me llevó a explorar, cuando pocos lo hacían, qué comíamos. para qué comíamos, etc etc. Fui medio «extremista» para la época y si bien no descreo de las virtudes del alimento, hoy puedo enmarcarlo dentro de un contexto que hace prevalecer el encuentro humano por encima de la calidad nutricional.

En 1975 y sin internet la búsqueda de este tipo de alimentación se resumía prácticamente a lo que promovían los Macrobióticos post George Harrison por estas latitudes, vendían en la dietéticas un arroz integral bastante duro y unas harinas integrales bastante difíciles de ser trabajadas, así que todo era sostenido a pura convicción. Así que, medio hippie y rebelde fui encontrando libros de viejos naturistas que con mucha sabiduría –la misma de mis abuelas– veían al cuerpo como una unidad con capacidad de autorepararse si uno aprendía a escuchar y ver sus señales.
Estaba fascinada. Bircher Benner y sus jugos, las limpiezas del cuerpo de Bernard Jensen, la comida cruda de Leslie Kenton y la de Anne Wigmore, un libro en francés de la dra Kousmine hablando de las grasas buenas, los libros de Michio Kushi. Esto me fue llevando a la búsqueda de algo totalmente diferente a lo que ime habían enseñado en la facultad y comencé a explorar otros conceptos totalmente diferentes sobre qué eran en definitiva la «salud» y la «enfermedad».

Fue recién después de recibirme de médica en 1982 que, al poquito tiempo entraron en mi vida Samuel Hahnemann y los conceptos totalmente novedosos para mi dados por los conceptos de salud y enfermedad de la Homeopatía y luego Edward Bach con sus esencias florales. Luego de esto no pude menos que entrar en crisis con el 80% de lo aprendido según los criterios de la Medicina Oficial.

Hace muchos muchos años que vengo dando charlas sobre qué comer y de qué manera, y es totalmente diferente un ámbito del otro. Por eso hoy, a los 33 años de haberme recibido, decidí escribir una página con un blog interactivo donde, en idioma accesible puedan leerse relatos de consultorio, la explicación del funcionamiento de algunas cosas. La idea es generar una opción tal vez diferente a partir de la premisa que ha sido mi brújula en todos estos años y de la cual jamás me aparté, y eso es los ECOSISTEMAS de la naturaleza -y el cuerpo humano es uno de ellos dentro de otro más grande el cual habita- son PERFECTOS. A mí hoy en día y a medida que descubro más y más cosas, no deja de asombrarme. Entonces cada vez que se lo interviene, como está VIVO, este va a responder, va a tener una respuesta adaptativa a eso que lo está interfiriendo.

Por lo cual, antes de actuar frente a un paciente e indicarle cuáles serían los pasos terapéuticos a ser seguidos, SIEMPRE observo cuidadosamente su estado actual COMPLETO, rodeado por TODAS sus circunstancias reales -y allí me pregunto «De qué manera hay que INTERVENIR para devolver aquella función que tal vez se ha desviado de su posibilidad de AUTOCURACIÓN?»

No olvidemos que tenemos una «farmacia» perfecta adentro nuestro, adaptada para cada dolencia .
Es sólo cuestión de aprender a ponerla en funcionamiento 
Y de esto se va a tratar esta página web
Los espero con sus inquietudes a través de mi email: drafirpo@integrandomedicinas.com

                                Gracias, 
                                               Dra. G. Laura Firpo

Dra Laura Firpo homeopata graciela